Muchas son las tardes en las que no tenemos nada que hacer y decidimos coger el coche para ir a dar una vuelta. Esto es lo que nos pasó un sábado de invierno cuando ya nos cansamos de estar en casa tumbados en el sofá. 

Normalmente cogemos la cámara por si a media vuelta se nos enciende la lucecita de donde ir y así poder documentarlo todo. Así que el sábado, al ir a dar la vuelta rutinaria, vimos que las montañas estaban nevadas, y decidimos acercarnos a la Molina para poder tocar un poquito de nieve, nos encanta!. 

La cuestión es que a medio camino, nos encontramos con este fantástico paisaje. Un paisaje lleno de estalactitas y estalagmitas que se podían ver en una fantástica pared al lado de la carretera. Decidimos bajar del coche, a muy pesar del frío que hacía y disfrutar un poco de tal maravilla de la naturaleza. Cada año, nos solemos acercar porque es digno de ver, así que si alguna veis os acercáis a la Molina, parad porque es fantástico. 

A un lado de la carretera, podemos encontrar un paisaje que parece de postal. Un fantástico puente hecho de piedra por el cual pasa un río con muy poco caudal. La escena es fantástica porque todo es con colores grises y un grado de desaturación que parece sacado de photoshop, y en el otro lado, una pared enorme llena de hielo y vegetación. 

A medida que nos íbamos acercando a la Molina, ya se empezaba a ver más nieve en las montañas, lo cual hizo que al final nos decidieramos y termináramos por subir arriba del todo. Somos tan simples que una vez allí, nos fuimos directos a ver los fantásticos dinosaurios que habitan desde hace años al final del pueblo encerrados en un parque infantil. 

Al final, lo que parecía que iba a ser una tarde aburrida y triste, se convirtió en una mini-escapada llena de paisajes bonitos y animales extinguidos!

Y vosotros

¿Habéis pasado nunca por aquí?

¿Que os parecen estos fantásticos dinosaurios?