El año pasado empezamos nuestra aventura al querer ir a comprar una furgoneta a Alemania. La experiencia nos llamaba mucho la atención hasta tal punto que al final decidimos liarnos la manta a la cabeza e ir a por ella.


Sin duda alguna, fue una experiencia inolvidable y a parte de eso, fue conseguir algo que hacía mucho tiempo que queríamos, tener nuestra propia furgo para nuestros viajes. Entre vehículo y vehículo aprovechamos para ir a ver uno de los tantos campos de concentración que hay en Alemania. Esta vez, le tocó al campo de concentración de Dachau.

El campo de concentración de Dachau fue un campo de concentración Nazi cercano al pueblo de Dachau, a 13km al noreste de Múnich, en Baviera al sur de Alemania.

Creo que no voy a ser capaz de explicar a través de la pantalla la sensación que tuvimos al entrar allí, y es que sin duda alguna, solo de pensar todo lo que aquella gente tuvo que pasar, se nos ponen los pelos de punta.

Cuando entramos al campo de concentración, pudimos ver lo que eran, bueno lo que quedaba, mejor dicho, de los antiguos barracones donde la gente dormía y comía. Sin duda, Dachau es un lugar gris, lleno de historias aterradoras.





Después de ver los barracones por dentro y todavía sin entender como esa gente podía estar ahí "castigada" pasando por todos esos horrores, seguimos nuestra ruta y nos encontramos con una especie de iglesia-altar, en memoria de todos los caídos. Como os he dicho la sensación y el ambiente que se respira en Dachau es inexplicable, ya que reina un silencio casi casi espeluznante.




A lo largo del recorrido, se podían encontrar pequeñas tumbas en recuerdo de todas esas personas, la verdad es que cada una era mas aterradora que la anterior.



Poco después, entramos en la zona mas tenebrosa de Dachau, la zona del crematorio. Sin duda alguna, fue una de las experiencias más raras que jamás haya tenido. El pensar que dentro de esos hornos llegaban a quemar tantos cadáveres y esa olor a quemado... ufff, inexplicable, y sino, juzgad vosotros mismos.





Sin duda alguna, Dachau ha sido uno de los lugares que más me ha marcado como persona. El ver lo que tuvieron que pasar toda esa gente por culpa de otros, no tiene explicación ninguna. Nos hubiera gustado mucho también ir al de Auschwitz pero no pudo ser. Así que lo apuntamos para el próximo viaje.